Felichitá.

Soy de las que piensan que las cosas no pasan por que sí.
Ayer antes de dormirme escuché como empezaba a juntar fuerza la naturaleza para generar lo que fue, tiempo pues, una gran tormenta.
Mi papá una vez me contó que la lluvia es un buen augurio y desde ese momento me encanta pensar esa idea como una verdad infalible.
Este fin/nuevo año amanece con muchos proyectos, un poco lo que vienen leyendo y también la posibilidad de cortar con ciertas actitudes marianas de generarme dolores -de cuerpo y alma- que no se justifican.
Se puede vivir de otra manera también. Y ese creo que es mi gran deseo.
Estoy contenta de haberme dado cuenta de eso, y lo mejor empezar a caminar utópicamente para hacer acciones mis palabras.

Finalmente, les deseo a todos los compañeros, amigos y amores blog que pasen por acá, un genial principio de año, que lo pasen muy bien y principalmente con los que quieran, y si les toca hacer acto de presencia en la casa de alguna tía con telarañas... respiren con actitud y sonrian, que esta todo bien.