Apología a la Libertad

Def: Discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo.

Nombre: Apologista
Ubicación: Argentina

domingo, agosto 31, 2008

Feliz Cumpleaños...
Muchas veces me pregunto que hubiese pasado si me hubiese animado...

11*04*06
30*08*08

lunes, agosto 25, 2008

Sueño II

A la mañana siguiente, abrió los ojos y buscó sus lentes sobre la mesita de luz. No los encontró mientras se daba cuenta que ya no los necesitaba. Giró y descubrió a la bella, que dormía placidamente a su lado. Su cabello ondulado y oscuro llegaba hasta su cintura, envolviéndola. Su delicada piel lo transportaba a sentir que esa era la única piel que tenía sentido tocar, desde ese momento y para siempre.

Esa escena era nueva. Normalmente él transitaba con ella pasajes oscuros, caminatas al sol y campos de flores blancas, besos robados; pero nunca la había visto en su cama al despertar. Esta era una secuencia que disfrutaba mucho y no tenía sentido buscarle la explicación lógica a lo que veía.

Decidió relajarse y disfrutar de la preciosa figura que le daba la espalda.
Acarició su espalda lentamente, y con un suave murmullo la despertó. La bella le regaló su mejor sonrisa. Él sintió una presión en el pecho, una ola de angustia y adrenalina que sólo pudo liberar con un fuerte suspiro.
La besó con amor y se recostó a su lado. Hablaron de música, libros y proyectos. Discutieron ideas políticas y concluyeron en que lo mejor era nutrirse de utopías y moverse a través de ellas. Leyeron Benedetti acostados y se amaron varias veces.

Al anochecer la bella decidió preguntarle de su vida y concluyó en la necesidad de decirle que él era el hombre que la visitaba en sueños, y que la había eclipsado hacía mucho tiempo. El verdadero hombre de sus sueños.

martes, julio 29, 2008

Sueño

Él se despertó con la inquietud de quien busca recordar lo soñado. Indagando en su memoria inmediata, lo que había ocurrido la noche anterior. Recordaba la mirada de aquella mujer pero nada más.

Se levantó y se dirigió mecánicamente al baño en el que todos los días seguía la misma rutina: se miraba al espejo tristemente mientras cepillaba sus dientes, pensando lo poco emocionante que sería su día, el poco interés que le despertaba salir del baño para encontrarse con alguna pregunta vacía que poco le importaría contestar. En ese momento, recordó los labios de ella, y por primera vez en mucho tiempo, sonrió.

Mientras bajaba las escaleras que lo separaban de su mundo íntimo, buscó recordar algún dato más de la mujer, a lo mejor el color de su pelo o su vestimenta. Inútil fue el intento.
Su día se desarrolló con la misma mediocridad que él esperaba. Pero algo cambió. La necesidad de reencontrarse con ella.

A la noche siguiente el sueño los reunió. Los amantes se buscaron y encontraron toda su pasión. Se besaron a un ritmo adolescente. Pasearon por un parque y disfrutaron en silencio un atardecer. Todo parecía perfecto. Casi irreal.

En la mañana no podía dejar de suspirar frente a su reflejo, sacando de su ser toda la angustia que su pecho comprimía.

Así vivió por semanas. Viviendo una maravillosa vida en sueños, que nada tenía que ver con la aburrida realidad y la tristeza que lo rodeaba. Se levantaba con el único objetivo de ver pasar el tiempo, asesinando horas y minutos, para llegar al sueño y encontrarse con su mujer.
No le importaba su trabajo, ni sus hijos, ni siquiera el pequeño cuarto de la casa donde tocaba su piano, ya no acariciaba las teclas sino que hacía una mímica; ni siquiera armoniosa. Hacía el amor sin pasión y muchas veces deseaba morir antes de fingir un placer que hace tiempo no sentía. Su mujer lo sabía, pero callaba.

Lo mas importante del día era cuando él cerraba los ojos y tomaba la mano de su dueña, dejándose llevar por los caminos y las aventuras que cada noche le proponía.

“Fueron 30 pastillas” dijo la viuda imaginando porque su marido yacía sobre su cama con una mueca muy parecida a la última sonrisa que le vio, la noche anterior, mientras dormía.

lunes, junio 30, 2008

BASTA

Cansada de defender mi condición.

Parece que por estar en el rango de edad de 20-25 tengo que pertenecer a esa maldita generación flogger, peinar mi flequillo de coté y hacer todas las pelotudeces que ocupan el tiempo de esa maldita nueva “tribu”.

No…no tengo flog, ni Facebook, ni orkut ni avatar, ni pertenezco a ninguna de esas “Cyber comunidades”. No me mires con sorpresa.
No me hagas explicarte las cosas que nunca vas a entender. Seguramente no sabes lo que es entrar a una disquería y tener que elegir entre tres o cuatro cd’s que te gustan para finalmente irte con uno, y disfrutarlo en tu equipo de vieja generación, al que le tenés que prender una velita para que lea y no salte en tu parte favorita de la canción. Para vos lo importante es tener todo ya. No sabes cuantas canciones tenés en tu biblioteca multimedia, pero eso no importa. Para vos lo importante es conocer un poco de todo, aunque al final termines conociendo muy poco, y a veces nada. Ya no distinguís música real y esa mierda que escuchas bajada del Emule.

Vos que tenés 15 años y no sabes como huele un disco ni el cuidado que tenes que tener para que no se rompa la tapita, a vos te importa que tu reproductor de mp4 no se quede sin batería y que Itunes no te cobre “tanto” por los temas que descargas.

A vos, que toda regla semántica y sintáctica te es ajena, y que estas orgulloso de ser parte de la generación SMS, de inventar nuevos lenguajes, para “comunicarte mejor”.
Vos que no podes vivir sin estar “conectado” y que apenas suena tu celular emprendes un viaje cósmico y dejas en tierra a la persona con la que estabas conversando.
Vos que pronto llegarás a la facultad, que tratará de hacerte madurar pero sin embargo sólo verás la suciedad, la cantidad de papel desperdiciado en política, y que flotarás unos años sin saber nada, sin vincularte con tu realidad social, sin ser más que otro aparatito que vibra a veces y ni siquiera sabe gozar.

A vos que confundís sensibilidad, con depresión con estar al pedo y posar. Posar ante los mismos flashes que te enceguecen.
A vos, que nada te conmueve, que votas sin saber. A vos que te molestan los paros y los piquetes pero que vas al planetario de vez en cuando a jugar con almohadas o a ser cool. A vos que todo te es ajeno.
Vos que pensas que siempre hay alguien mirándote, pero no entendés que ese alguien se ríe de tu ignorancia.

Ya no sabes de que reís. Tu vida pasa a ser un juguete de la tecnología. Y no te das cuenta lo mucho que ella juega con vos.
Ya no sos un ser apolítico, ni siquiera un ser poco social. Sos lo poco que queda de un ser.

miércoles, junio 11, 2008

La refutación perfecta

Hoy a la noche surgió una discusión con mi madre lo suficientemente interesante como para proponer un posteo. Que si bien eso es cada día mas esporádico, no es necesariamente por pereza, sino porque considero firmemente que por estos días tengo más que argumentar que para proponer…

Todo empezó ante una frase que lee “yo ante una situación límite no sé como voy a reaccionar” y el seguido ejemplo de “si un ladrón se me acerca, yo no se si no voy a terminar con 3 tiros en la cabeza, ante la necesidad de esconderle mi abultada billetera”. Más allá de que quien les escribe odia de por si las frases hechas y los tristemente célebres lugares comunes; hay algo muy interesante en esa frase.
Mi explicación fue sencilla. Si un eventual ladrón se te acerca, hay que darle todo, porque nunca, bajo ningún concepto, puede cruzar la posibilidad que este termine llevándose tu vida. Ahora yo no se si es sólo una concepción de nena clase media con aspiraciones socialistas, pero tiene una base teórica bastante interesante, que paso a detallar.
Uno aprende desde chico que si acerca su mano al fuego y en condiciones naturales, se va a quemar. Que sucede entonces si ese niño en cuestión puede valientemente burlar la autoridad de quien le inculca esa enseñanza e intenta comprobarlo (cosa que si sale ileso, la “madre” debería considerar muy interesante; la ingenua curiosidad de su pequeñuelo; aunque en la realidad nunca sucede) indefectiblemente, se quema.
Ahora bien, en el caso del robo, si uno entrena su cerebro a que ante cierta situación X actuar de manera Y… x siendo el acercamiento del ladrón e y siendo “darle todo”, no queda lugar para el débil argumento de “yo ante una situación límite no sé como voy a reaccionar” ya que nuestro cerebro estaría instruido a actuar casi por reflejo.
Pero ojo, a no confundir reflejo con impulso. Porque ese es otro problema muy grave. Normalmente ante una situación límite la persona se mueve por impulsos, o sea, sin parar un minuto a tratar de esbozar un pensamiento, simplemente actúa. La cuestión es que los impulsos, que nos hermanan con el reino animal, dejan de lado todo conocimiento previo. Y dichos impulsos, refutarían mi idea de “enseñarle al cerebro a pensar en Y en relación a X”.
Y hablar de situaciones límites. Yo no pienso que un asalto sea una escenario que entre en esa categoría, en el sentido en que es mas probable que te asalten a que el 60 venga vacío a las 6 de la tarde. Lamentablemente. Igual no es la discusión.
Entonces… así como aprendimos ciertos comportamientos ante ciertas circunstancias, ¿será tan difícil enseñarle a nuestro cerebro a responder de un modo racionalmente es conveniente en una situación crítica?

miércoles, mayo 07, 2008

El empleo del tiempo y del espacio

Si... debería estr estudiando Lógica. Pero seamos honestos... no es tan complicado.
Mientras leía acerca del conocimiento científico pensaba algo que sólo podía volcar a este espacio.

Querido Lector, pasajero casual... no te preocupa que en este preciso instante otro adolescente confictuado decida abrir un fotolog? Y si ya lo tiene no es mas preocupante que decida comunicarse de esta manera:
"lo ke me kritikas komo hablojajjajaah re ke se perseguiajajajajjaaen finehhh ke te iba a decir .jajajjaasi sime kuelgo komo siempre jajajjajaache donde ta la pulseraloko asi nooooooooooooooome la re sekuestraste jjajajajate re kiero un besitoke sigas bien"

Tremendo. La semana que viene le dedico un poco mas de tiempo y espacio a la cuestión.

Besos a vos Big Bro... ya se que no es un post interesante pero cósmicamente quería compartir esa observación...

Vendrán tiempos y escritos mejores....

sábado, abril 19, 2008

Por las dudas me tomo un vaso de whisky en ayunas

El viernes a la noche viendo tele me encontré con una curiosa publicidad, mostrando a un indignado Pancho Ibáñez, hablando de una tendenciosa distribución de un macabro mail, donde se afirma en pocas palabras y con perdón de los consumidores que Actimel es poco más que una porquería.
A decir verdad, yo leí el mail en su momento pero como por suerte mi desayuno se compone por te con galletitas, lo dejé pasar.

Retomando el costado de Marianita investigadora, debo decir que hubo un lindo revuelo por este temita.

Parece que este Actimel tiene una sustancia que se llama L. Casei, que hace que ante las presiones postmodernas y el famoso estrés, las personas tengan algo parecido a un manto de protección, que los resguarde de todo aquello que haga mal.

Ahora bien, la pregunta sería… ¿necesitamos esa sobredosis de protección?
Según algunos estudios, el organismo produce esta sustancia naturalmente, por lo que no sería estrictamente necesaria una dosis más alta.

Uno de los principales focos de debate es el hecho del acostumbramiento. Se dice que si se consume este producto durante un tiempo prolongado, el cuerpo gradualmente dejaría de producir esta sustancia y finalmente eso nos dejaría sin el pan y sin la torta… Los seguidores de esta teoría dirán que en las publicidades se indica de manera dulce y marketinera que el producto no debe consumirse por un tiempo prolongado ("desafío Actimel: “consúmalo durante 14 días" o "haga de agosto su Actimel; que demostraría sus premisas.

Por otro lado, los muchachos que brindan con Actimel todas las mañanas (por más de 14 días) dirán que en realidad el protector L. Casei es algo que el organismo no “genera” sino que “hospeda”y que la incorporación es siempre externa, a simple vista y sin ser grandes científicos se podría decir que si el organismo nunca produjo esa sustancia nunca podría dejar de producirla ¿verdad?

Me parece que sucede algo muy loco con la forma de relacionarnos con nuestros dolores. Parecería que siempre hay algún paliativo. Si te duele la cabeza, no te recuestes, tomate una pastillita y seguí… no abandones tu productividad. Si tenes “dolores femeninos” no pidas el día, ingerí una comprimido “forte” y seguí… Las gripes no duran una semana… duran 1 día y 20 tecitos con miel y anda saber que…
La pregunta final es: ¿hasta cuando nos vamos a seguir cuidando con métodos que no sirven, que sólo curan las “culpas morales” (si tomo xx voy a andar bárbaro)?

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