Del amor en épocas de call centers (Segunda Parte)
Cuando me acuerdo de ella pienso que siempre fue una chica fantasiosa. Su imaginación era su fortuna, la que cuidaba y nutría en cuanta oportunidad apareciera.
Cuando me acuerdo del día que me contó la historia no puedo evitar sonreír y recordarla con ternura.
Pasaron algunos días sin sobresaltos. Llamadas largas, cortas, densas y previsibles. Clientes con estilo, los infaltables xenófobos, los curiosos, los que llaman para descargar sus frustraciones, los que sinceramente buscan ayuda, los básicos, los que aprovechan la impunidad de la línea y la distancia para ser groseros, los que elogian, en fin… todo tipo de alma.
Lo más llamativo es que ella no podía encasillarlo en ninguna de estas categorías. Había sido curiosamente respetuoso, intrigante, quizás un poco seductor. Esas cualidades no aparecían juntas muy seguido, tanto que ella pensaba que lo había imaginado todo.
Pero no fue así. Él era real. Y se encargaría poco a poco de volverse una realidad para ella.
Cuando me acuerdo del día que me contó la historia no puedo evitar sonreír y recordarla con ternura.
Pasaron algunos días sin sobresaltos. Llamadas largas, cortas, densas y previsibles. Clientes con estilo, los infaltables xenófobos, los curiosos, los que llaman para descargar sus frustraciones, los que sinceramente buscan ayuda, los básicos, los que aprovechan la impunidad de la línea y la distancia para ser groseros, los que elogian, en fin… todo tipo de alma.
Lo más llamativo es que ella no podía encasillarlo en ninguna de estas categorías. Había sido curiosamente respetuoso, intrigante, quizás un poco seductor. Esas cualidades no aparecían juntas muy seguido, tanto que ella pensaba que lo había imaginado todo.
Pero no fue así. Él era real. Y se encargaría poco a poco de volverse una realidad para ella.
1 Comentarios:
inquietante! volvió a llamar?
ahí se ven!
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal