No era sólo de princesas
Y de pronto la mujer se dió cuenta que transitaba por el jardín de las tristezas. Miedos de la infancia, terrores del presente y dudas sobre el futuro se mezclaban en sus pasos pero ninguno de ellos quedaba atrás.
Mientras caminaba sintió que la miraban. Alguien que no se daba a conocer la vigilaba desde las sombras.
Ella percibía que aquel personaje controlaba sus pasos. Su vida.
Las cosas que veía en aquel jardín llamaban su atención. Quería quedarse pero ese secreto centinela la presionaba a caminar sin salirse de la senda.
Mariana miró hacia atrás y vió que el agua se movía. Pero no vió a nadie. Sólo su sombra.
Mientras caminaba sintió que la miraban. Alguien que no se daba a conocer la vigilaba desde las sombras.
Ella percibía que aquel personaje controlaba sus pasos. Su vida.
Las cosas que veía en aquel jardín llamaban su atención. Quería quedarse pero ese secreto centinela la presionaba a caminar sin salirse de la senda.
Mariana miró hacia atrás y vió que el agua se movía. Pero no vió a nadie. Sólo su sombra.
6 Comentarios:
Srta,
Bueno, en el Jardín de las Tristezas pasan algunas cosas singulares:
-Los frutos saben todos a dulce desengaño.
-Cada tanto se encuentra a otro penante, que como una sombra (se sabe que todos somos allí la sombra de otro), intercambia una pena tuya por una propia.
-De vez en cuando, una de esas sombras te agarra desprevenido/a y se revuelca contigo de forma pasional e implacable. Luego lloran juntos sus penas.
-La luna se muestra llena detrás de siete velos tormentosos.
-Nadie conoce a nadie.
-Se abandona la pretensión de búsqueda feliz por la sinceridad de la pena sempiterna.
Casi no vale la pena estar en otro lugar...
Pasan y se conjugan. Yo me quedo con lo que siente Mariana, no tanto por el paisaje que atraviesa sino por los sentimientos con los que carga.
Igual el comentario es excelente. Gracias Hermano.
besos, Marianita.
Marianita linda: En la vida la única sombra es la que uno mismo produce. A veces es más oscura, a veces es más ligera, todo depende de por dónde nos llegue la luz y qué tipo de luz sea, pero lo bueno es que, como quiera que sea, la sombra siempre está ahí para recordarnos que todavía hacemos bulto, que estamos aquí, en la vida, y hay muchas caminos que podemos tomar. Después de todo, la tristeza y los miedos también tienen su lado amable ¿no? Un beso.
Muchos mas Taydé. Las sombras varian en su densidad, tenes razon, pero siempre nos persiguen no?
besos, Marianita.
no hay peor perseguidor que la propia sombra!!
q le anda pasando a mi amiga?? que misterio la tiene triste o quien la pone así? no me gusta ese jardín que la retrae al pasado y la lleva un futuro incierto...'mija, viva la vida, viva el amorrr...un abrazónn...pasate por mi blog viste? sigo con vida después de todo...
muasss
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