Apología a la Libertad

Def: Discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo.

Nombre: Apologista
Ubicación: Argentina

jueves, agosto 30, 2007

Memoria

No se si seguirás pasando por este espacio después de tanto tiempo. Pero si lo hacés... hoy es Santa Rosa y también un día especial. Tu cumpleaños.

No se si hago mal o bien en escribir esto pero es lo que siento, debe ser algo instintivo, una voz en mi cabeza que dice que vas a leer esto, o que por lo menos te va a llegar un poco de la buena energía con la que te pienso. Porque te quise mucho, te recuerdo... aunque el mundo haya cambiado -o por lo menos el mío- sigo siendo la piscianita fantasiosa que te saluda hoy... en el día de tu cumpleaños...

sábado, agosto 18, 2007

La idea era darle una continuidad

Para mi lector anónimo* lo que pasó con esta historia es sencillo. Uno de mis errores de escritura es no planearla.
No saber que final me gustaria darle. Es mas sencillo atar cabos en el medio para llegar a un final que uno ya soñó. Ese es mi problema con la historia.
Pensé darle un formato estilo: "Elije tu propia aventura" Pero quizas es darle un final no muy comprometido. Me aburrió la historia.
Trivia:
1) Jodete, lo hubieras pensado antes, ahora danos un final.
2) Ojo que la variante de final abierto y a eleccion esta buena...
3) Porque no te dejas de molestar con esto y escribis?
4) Que hiciste el jueves que no escribiste?

*besito, gracias.

jueves, agosto 09, 2007

Del amor en épocas de call centers (Quinta Parte)

A la mañana siguiente sintió que debia mirar su correo electrónico. Cuando me contó la historia recuerdo que se tocaba el lado derecho del pecho diciendome "Lo sentí acá" tocándose imaginariamente el corazón.
Encontró una respuesta. Encontró palabras de aquel hombre que con cada paso abandonaba esa existencia casi fantasmal, materializandose en diversos campos.
Así empezó una serie de mensajes que duró unas 3 semanas. Si bien ambos manejaban con soltura el idioma inglés acordaron -tácitamente- comunicarse en español.
Se contaron cosas de sus vidas, sus gustos, sus pasiones, sus tristezas. Su nombre era Juan. O John como se lo conocía allá.
Los mensajes se volvieron casi diarios. El tono oscilaba a veces desde muy erótico y sensual a paternal y amistoso. Pero aparentemente ellos sabían cuales eran las reglas de su juego.
Él fue el primero en mandarle una foto. Ella había idealizado a aquel hombre que claramente la atraía, si bien la descripción que él le había dado no era falsa, no era exactamente lo que ella venía suponiendo. Pero ni siquiera eso pudo detenerlos. Eran largas horas de conversación por Chat; combinando horarios para pelear contra las 2 horas de diferencia que los separaban.
Todo marchaba como un cuento maravilloso. Pero habría una vuelta en la historia. La habrá, de hecho... Pero la semana que viene.

jueves, agosto 02, 2007

Del amor en épocas de call centers (Cuarta Parte)

Después de varias semanas la encontró. Al principio ella ignoraba la identidad de aquel desconocido, que se mostraba tan interesado en conocerla. Después de unos minutos lo reconoció. Por un lado ella no quería comprometer su trabajo, pero nadie podía negar que por lo que contara, que se sentía muy atraída por la idea de aquel hombre –con el que fantaseaba hace semanas- finalmente materializándose en aquel lugar.
Él hizo infinidad de preguntas. Alguna de sus respuestas fueron esquivas. Otras no tanto. Él le pidió que usara la información personal que tenía para contactarse en un ámbito mas privado. No privado de intenciones, sino con más privacidad.
Le hizo jurar que le escribiría un email, ella dijo que no podía hacerlo. Claro que esperaba que no tomase sus palabras seriamente. Estaba dando la respuesta estándar a una propuesta bastante inapropiada. Por supuesto que le escribiría.
Cuando llegó a su casa entró a su correo. No sabía que escribir. No sabía por donde empezar. No sabía que mensaje quería transmitir. Tenía dudas en que idioma escribir. Si bien había hablado en inglés, ella recordaba que le había contado que conocía Argentina, lo que no significaba necesariamente que conociera –o recordara- su idioma. Millones de palabras aparecían y desaparecían. Finalmente el mensaje fue:
“¿Why do you want to know me?”
La respuesta no tardaría en llegar.

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