El perro se miró al espejo y ladró

Hoy a la mañana, mi perra Canela pasó 20 minutos ladrando ante la imagen que reflejaba el espejo.
Además de mirarla sin apuro y con inquisición, empecé a pensar qué podría significar esa actitud. Ella se veía, eso es seguro. Pero ¿qué la impulsaba a ladrar? ¿Pensaría acaso que visualizaba a otro animal, en apariencia parecido pero al revés? ¿A ella misma? Muchas preguntas y mas que nada la necesidad de trasladarlo al mundo del ser humano.

¿Qué sucede cuando nos miramos al espejo?
A veces pienso que cada ser humano es dueño de una imagen (más allá de lo meramente visual) que le pertenece, una imagen íntima y otra que decide dar a conocer.
Algo así como la imagen proyectada a los demás. ¿Es siempre eso así? ¿Existe realmente esa dualidad?, y si es así… ¿podríamos hablar de hipocresías visuales? ¿Seremos realmente una suerte de Dr. Jeklly and Mr Hyde?
Igual pienso que todo este movimiento debe ser inconsciente pero no creo que sea inteligente. Es muy complicado tener que reprimir los impulsos de “las partes feas” y mantener una línea de conducta más o menos coherente día a día. Por eso me río a veces ante algunas frases que se pronuncian en las parejas: “te noto cambiado”, “yo no pretendo que cambies por mí”.
Hay quienes piensan que las personas critican en los demás lo que les gustaría criticar en sí mismos. Por ejemplo: “Gabriela grita y llama la atención todo el tiempo”. Según esta idea, el problema no sería Gabriela y su necesidad, sino la persona quien pronuncia la frase; desplazada del centro de las miradas o deseosa de serlo alguna vez.

Las imágenes se construyen y destruyen todo el tiempo. Me pasó muchas veces de rodearme de personas a las que sentía inseparables y ante el primer conflicto, todo se desvanecía.
En mi vida, el campo emocional es fuerte e innegable pero hoy, ese tipo de desencuentros han sido lo suficientemente dolorosos como para pensarlo dos veces.

Ahora bien. El plato fuerte de la noche. ¿Cuál será mi imagen? ¿Estará compuesta por la dualidad planteada anteriormente? ¿Tendré la cuota suficiente de transparencia y honestidad para mostrarme tal como soy?
Mariana es la chica simpática e inteligente, que siempre dispone de un momento para escuchar/aconsejar al otro. Que es consciente de las injusticias y que pelea por lo que siente. Que estudia Terapia Ocupacional porque cree en la igualdad de condiciones. En ayudar al otro sin pedir nada a cambio.
Todo esto es cierto pero…convenientemente, siento que ante algunas personas "escondo" algunas facetas de mí. Las que no me enorgullecen. Las que ya identifiqué como negativas, pero que cuesta evolucionar, cambiar.
Si tuviera que describirme, ¿diría... impulsiva… emocional… prejuiciosa… insegura?
Probablemente no.
Y cuando pasa eso, ladro. Ladro porque no me entiendo. Mi ciclotimia me confunde y mis inseguridades me hacen tambalear. Claro que, esa no es la imagen que proyecto.